1 de diciembre de 2009

SIGUIENDO AL CAMPEON (PARTE 5)

El viaje a Miami fue tranquilo y placentero hasta Whisky Johnny Walker nos bridaron en el avión por cuenta de don William salleg y demás personas pudientes que viajaban a ver la pelea desde Montería. Recuerdo que cuando el avión volaba sobre la isla de cuba el piloto inclino la nave y dijo “señores pasajeros en estos momentos volamos a 28.000 pies de altura sobre Cuba” mi compadre Robinson Suarez miro por la ventanilla y dijo “nojoda compa troncos de estadios de beisbol tiene Fidel” yo le dije “compa no se incline mucho porque se puede voltear el 727 con el peso”

Fue un viaje lleno de mucha ilusión, primero porque sabíamos de las grandes posibilidades de Lora de ganar el titulo gallo y también lo que significaba para nosotros como periodistas deportivos estar en ese gran acontecimiento mundial, además de pisar por primera vez la tierra del Tío Sam.
Hay algo que quiero contar que nos paso a Eu Pineda a Julio Guerrero y a mi persona, al llegar a Miami y precisamente en el aéreo puerto de Miami al momento de presentar nuestros documentos en inmigración, resulta que cuando íbamos en la fila Eu Pineda me dijo “Álvaro ojala y no nos toque una mujer en la revisión de visa y pasaporte porque joden mucho” y efectivamente nos toco una mujer, me toco el turno a mi primero entregue mis documentos pero me precipite al decirle que yo regresaba a Colombia en cinco días la muy hedionda me miro y me dijo ¿ tu como sabes que regresas en cinco días si el pasaporte no lo dice? Llamo a un policía con cara de pocos amigos y este me dijo que lo siguiera me llevo a un salón donde estaban todos los sospechosos, había chinos, japoneses, haitianos, dominicanos etc. ahí me encontré con Julio Guerrero con su sombrero barvicio enmohecido y le pregunte ¿Julio qué pasa? Y Julio me contesto “siempre que los monos estos americanos amanecen arrechos pasa esto”.
La impaciencia se apodero de mi persona por vez primera pisaba tierra Norte Americana y me pasaba esto, dure una hora en ese salón de espera hasta que apareció el mismo policía arrogante y en forma despectiva me dijo acompáñeme y comenzó a darme vueltas en el mismo aéreo puerto tratando de confundirme, lo mas degradante fue cuando el bendito gendarme americano comenzó a lanzarme al piso toda la ropa , crema dental, calzoncillos y demás pertenecías, yo quería mentarle la madre pero me abstuve para evitar ser devuelto a Colombia.
Me encomendé a dios y le pedí que me colaborara en este trance y así ocurrió, yo miraba todas las cosas tiradas en el piso la cedula, mi carne de periodista y demás documentos de identificación esto le valía un pito a ese sabueso de cocaína que se ensañaba con migo.
Ya estaba desesperado con tanto raqueteo y humillación cuando introduje la mano en el fondo del maletín y saque el sombrero vueltiao que le envió el periodista Roger Olascoaga a “happy” y con el cual subió al ring para que esa prenda se convirtiera en el símbolo del deporte Cordobés y hoy en día símbolo nacional cuando el gringo policía de la DEA lo vio, lo cogió y lo llevo a sus narices oliéndolo como perro busca droga a ver si estaba impregnado de ese alucinógeno pero se equivoco, luego saque la pancarta con la pintura de lora en posición de guardia y fue cuando un compañero del tipejo con prendas de policía entendió que Álvaro Díaz Arrieta era verdaderamente un periodista Colombiano, para convencerse de mi estado síquico y mental llamo una mujer policía cubana la muy cabrona me pregunto que si de que color eran mis medias ,yo no sabia que decir puesto que en un tiempo eran blancas pero con el invierno en montería y la penetración del agua por los zapatos se tornaron de varios colores, al final dije blancas y la vieja que era muy linda me dijo puede irse.
De tantas vueltas que di en el aeropuerto no sabia para donde coger y le pregunte al mismo infeliz vestido de policía que si era por allá y el me respondió con una cínica sonrisa ¿quieres volver? Al fin pude ver los equipajeros y entendí que la puerta de salida quedaba en ese lugar.

Cuando se abrió la puerta yo creí que no había nadie esperándome habían pasado dos horas de retención y yo pensé que todos se habían ido para el hotel, pero mi sorpresa fue tan grande que no pude ocultar mi emoción al ver la solidaridad de todos mis compañeros de viaje colegas y paisanos esperando dome preocupados por mi suerte, se abalanzaron sobre mi me abrazaron y daban gracias adiós por haber superado este momento. Melanio porto, Eugenio Baena, Robinson Suarez, Luis Alberto payares, Fabio Poveda y Edgar Parea eran los más felices Recuerdo que Edgar me dijo en tono jocoso ¿qué te hicieron esos hijos de puta, no te violaron? Todos soltamos la carcajada ya había pasado el momento difícil y nos disponíamos ahora si después de semejante tormento entrar ala gran urbe norte americana.



Hasta la próxima

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